Lo llaman moda Vintage o moda retro, pero lo cierto es que las piezas antiguas tienen una segunda oportunidad en la actualidad. Y no es solo cuestión de nostalgia de quienes usaron estas ropas algunas décadas atrás, sino que modas pasadas tienen cautivados a los consumidores más jóvenes.
Las jovencitas buscan faldas, blusas, pantalones, vestidos, carteras y cualquier accesorio con un toque ‘retro’ en los armarios de sus madres, e incluso de las abuelas. Mientras más antiguo, mejor.
Esta nueva tendencia juvenil, ha creado un fenómeno de la moda. Las nuevas generaciones no rechazan o critican el sentido de la moda de sus padres. Y no solo eso, además buscan imitarlos y eso les hace sentir ‘a la moda’.
Pudiera decirse que los millennials consiguieron un punto de empatía con sus antecesores ‘análogos’. La vestimenta parece unificar la brecha intergeneracional impuesta por la tecnología.
Expertos en consumo y marketing, atribuyen este fenómeno a una necesidad de la juventud por frenar el frenesí de la vida actual. Inconscientemente, buscan un medio que les ofrezca la serenidad, tranquilidad y lentitud de tiempos pasados; en contrapeso al presente cambiante y vertiginoso que viven.
Aquí tienen cabida la frase ‘todo tiempo pasado fue mejor’. El cerebro busca, sin proponérselo, el calor de la proximidad con otras personas, el calor humano, en oposición a lo impersonal de la era digital, en un intento por sentir seguridad y protección.
Retro o Vintage
Aunque se utilizan como sinónimos no significan lo mismo. Es preciso aclarar la diferencia entre ambos conceptos. Lo vintage es auténticamente antiguo. Son piezas que se encuentran en el baúl de los abuelos, en un mercado de pulgas o tiendas de antigüedades. Tienen un pasado, una historia o un valor sentimental.
Mientras que los retro, son objetos que parecen antiguos, pero que fueron creados en la actualidad para suplir una necesidad en el mercado. Son piezas nuevas, pero parecen viejas.
La elaboración de ropa retro surgió ante la demanda creciente de modas pasadas. Como no existía suficiente oferta de vestimentas realmente antiguas, empresarios del sector vieron la oportunidad de cubrir una demanda cada vez más creciente y decidieron fabricar ‘piezas antiguas’.
Reciclando
Vestirse retro o vintage no es solo por la necesidad de lanzar un ancla que nos humanice ante tanta vertiginosidad, sino que además apuesta al reciclaje. Reusar una prenda es formar parte de una moda ecológica, no solo demuestra carácter y estilo; también muestra compromiso social y conciencia verde.
Salvando el planeta una camisa a la vez
El estilo de vida consciente está en diversos ámbitos de la vida moderna. Los decoradores de interiores y los arquitectos llaman estilo ecléctico a la mezcla de objetos y elementos antiguos con modernos.
Esta tendencia que recurre a la nostalgia se aplica la decoración (paredes, pisos, techos, fachadas, muebles, electrodomésticos). La tecnología (equipos de sonido, cámaras fotográficas, videojuegos, celulares). La literatura, donde las nuevas producciones son versiones modernas de personajes exitosos del pasado y los libros impresos redimensionan su valor por sobre los textos digitales.
Hay objetos que solos despiertan pasión en los amantes de lo vintage, como los automóviles, cuyos modelos más antiguos y conservados son considerados joyas de colección.
Otro es la máquina de coser. Aunque no sea fácil de creer, del medio millón de clics dedicados a la ubicación de productos vintage en la plataforma de ventas en línea Vibbo, las máquinas de coser representan el 50% de la búsqueda.
La gastronomía, el cine y la música, también están echando un ojo al pasado, desempolvando recetas, canciones e historias viejas. Reinventando clásicos.
Ya sea firmas afamadas de diseño de modas, cadenas de tiendas por departamentos, pequeños negocios y fábricas de ropa industrializadas, todos han sucumbido al estilo antiguo, llámese vintage o retro.
Nadie sabe a ciencia cierta por cuanto tiempo logrará este estilo ser tendencia, o si el consumidor se cansará de querer ‘vestir en el pasado’. Pero en la actualidad sigue la fascinación por lo antiguo.